9 de noviembre de 2010

sol de media media noche Capitulo 4

Capítulo 4




VISIONES









Volví a la escuela. Esto era lo correcto, la forma más discreta de comportarme.



Al final del día, casi todos los demás estudiantes habían regresado a clases. Sólo Tyler y



Bella y otros pocos---quienes probablemente usaron la excusa del accidente para faltar a



clases---permanecieron ausentes.



No debería ser tan difícil para mi hacer lo correcto. Pero, toda la tarde, estuve cerrando



fuertemente mis dientes con la urgencia que me tenía anhelando desertar, también---con el



propósito de ir a buscar a la chica.



Como un acosador. Un obsesionado acosador. Un obsesionado vampiro acosador.



El día de escuela de hoy fue---de alguna forma, imposible---incluso más aburrido de lo



que fue la semana pasada. Como estar en coma. Era como si el color se hubiera desvanecido



de los ladrillos, los árboles, el cielo, los rostros a mi alrededor... Observé las trizaduras en las



paredes.



Había otra cosa correcta que debía estar haciendo...y no lo hacía. Por supuesto, era



también algo erróneo. Todo dependía desde el punto de vista en que se le mirase.



Desde la perspectiva de un Cullen---no solo un vampiro, si no que un Cullen, alguien



que pertenecía a una familia, un estado tan raro en nuestro mundo---lo correcto de hacer



hubiera sido algo así:



“Estoy sorprendido de verte en clases, Edward. Escuché que estuviste involucrado en



ese horrible accidente esta mañana.”



“Sí, lo estuve, Sr. Banner, pero yo fui el que tuvo suerte.” Una sonrisa amistosa. “No



me lastimé para nada... Desearía decir lo mismo sobre Tyler y Bella.”



“¿Cómo se encuentran ellos?”



“Creo que Tyler está bien...sólo algunas heridas superficiales a causa de los vidrios



rotos. Pero no estoy seguro sobre Bella.” Una expresión preocupada. “Ella podría tener una



contusión. Escuché que estuvo bastante incoherente por un rato---incluso viendo cosas que no



eran. Sé que los doctores estaban muy preocupados...”



Así es como debió haber sucedido. Eso era lo que le debía a mi familia.



- Estoy sorprendido de verte en clases, Edward. Escuché que estuviste involucrado en



ese horrible accidente esta mañana.-



- No me lastimé.- Ninguna sonrisa.



El Sr. Banner cambió su peso de un pie al otro, incómodo.



- ¿Tienes alguna idea de cómo se encuentran Tyler y Bella? Escuché que se habían



herido... -



Me encogí de hombros. - No podría saberlo.-



El Sr. Banner se aclaró la garganta. - Eh, ya veo... - dijo, mi fría mirada hizo sonar su



voz un poco tensa.



Caminó rápidamente hacia el frente de la clase y comenzó su lectura.



Lo que hice estuvo muy mal. A no ser que se le mirase desde un obscuro punto de



vista.



Es que parecía tan...tan “poco hombre” calumniar a la chica a sus espaldas,



especialmente cuando ella me estaba probando más confianza de lo que jamás podría soñar.



Ella no había dicho nada para traicionarme, aún teniendo muy buenas razones para hacerlo.



¿La traicionaría aún cuando ella no había hecho nada más que mantener mi secreto?



Tuve una muy parecida conversación con la Sra. Goff---sólo que en español, en vez de



inglés---y Emmett me dirigió una larga mirada.



Espero que tengas una muy buena explicación para lo que ocurrió el día de hoy. Rose



está que arde.



Rodé mis ojos sin mirarlo. En realidad tenía una perfecta explicación. Sólo suponer que



yo no haya hecho algo para detener la furgoneta de aplastar a la chica... Me retracté en ese



pensamiento. Pero si ella sí hubiera sido golpeada, si la furgoneta la hubiera destrozado



haciéndola sangrar, el rojo fluído derramándose, desperdiciándose en el pavimento, la esencia



de su sangre fresca revoloteando a través del aire...



Me estremecí de nuevo, pero no sólo por el horror. Parte de mí se estremeció por el



deseo. No, no hubiera podido permitir verla sangrar exponiéndonos a todos en una forma



mucho más descarada y chocante.



Era una excusa perfecta...pero no la iba a usar. Estaba demasiado avergonzado.



Y no había pensando en ello hasta después de los hechos, pasara lo que pasara.



Ten cuidado con Jasper, soltó Emmett, olvidando mi ensueño. No está tan



enojado...pero el es más decidido.



Ví a lo que se refería, y por un momento la habitación dió vueltas a mi alrededor. Mi



rabia me consumía tanto que una neblina roja nubló mi vista. Pensé que me iba a ahogar con



ella.



¡CIELOS, EDWARD! ¡CONTRÓLATE! Emmett me gritó dentro de su cabeza. Su mano



cayó en mi hombro, manteniéndome en mi asiento antes de que pudiera saltar de él. Él



raramente usaba toda su fuerza---era raramente una necesidad, ya que él era mucho más



fuerte que cualquier vampiro al que cualquiera de nosotros se hubiera enfrentado---pero la usó



ahora. Apretó mi brazo, más que mantenerme sentado. Si estuviera empujando, la silla



hubiera colapsado debajo de mí.



¡TRANQUILO! Me ordenó.



Traté de calmarme, pero era difícil. La rabia quemaba en mi cabeza.



Jasper no hará nada hasta que todos hablemos. Sólo pensé que debías saber la



dirección en que está inclinado.



Me concentré en relajarme, y sentí que la mano de Emmett aflojaba.



Trata de no montar tanto espectáculo. Ya estás en bastantes problemas.



Respiré profundamente y Emmett me soltó.



Busqué alrededor de la sala rutinariamente, pero nuestra confrontación había sido tan



corta y silenciosa que solo unas pocas personas sentadas detrás de Emmett lo habían notado.



Ninguno de ellos sabía qué hacer al respecto, así que sólo se encogieron de hombros y lo



dejaron así. Los Cullens eran raros---todos sabían eso.



Demonios, chico, eres un desastre, agregó Emmett, con un tono más simpático.



- Muérdeme.- Murmuré casi en un susurró, y escuché el sonido de sus dientes chocar, a



modo de respuesta.



Emmett no era envidioso, y yo posiblemente debería estar más agradecido por su



facilidad para comprender a los demás. Pero podía ver que las intenciones de Jasper tenían



sentido para Emmett, él también estaba considerando cuál sería la mejor forma de actuar.



La rabia hervía a fuego lento, apenas bajo control. Sí, Emmett era más fuerte que yo,



pero aún no me vencía en una competencia de pulso. El se quejó de que yo hice trampa, pero



escuchar pensamientos era parte de quién yo era como su inmensa fuera era parte de él.



Éramos igualmente poderosos en una pelea.



¿Una pelea? ¿En eso iba a terminar todo esto? ¿Iba a pelear contra mi familia por un



humano que apenas conocía?



Pensé en eso por un momento, en lo frágil que se sentía el cuerpo de la chica en mis



brazos en yuxtaposición con Jasper, Rose y Emmett---con una súper fuerza y velocidad, unas



máquinas asesinas por naturaleza...



Sí, pelearía por ella. Contra mi familia. Me estremecí.



Porque no era justo dejarla indefensa cuando había sido yo el que la puso en peligro.



No podía ganar sólo, de todas formas, no contra ellos tres, y me pregunté quiénes



serían mis aliados.



Carlisle, ciertamente. El no pelearía con nadie, pero estaría totalmente en contra de las



ideas de Rose y Jasper. Eso podría ser todo lo que necesitase. Veremos...



Esme, dudosa. Ella tampoco estaría en mi contra, y odiaría estar en desacuerdo con



Carlisle, pero ella apostaría por cualquier plan que mantuviera a su familia intacta. Su primera



prioridad no sería hacer lo correcto, sería yo. Si Carlisle era el alma de nuestra familia,



entonces Esme era el corazón. Él nos dió un lider a quien seguir; ella hizo eso siguiendo un



acto de amor. Todos nos amábamos mutuamente---incluso bajo la furia que sentía hacia Jasper



y Rose en estos momentos, incluso planeando pelear con ellos para salvar a la chica, sabía que



los amaba.



Alice...no tenía idea. Probablemente dependería en qué viera venir. Imagino que ella se



va a aliar con el ganador.



Así que, tendría que hacer esto sin ayuda. No era una amenaza para ellos estando solo,



pero no iba a dejar que la chica saliera lastimada por mi culpa. Eso podría significar un plan



evasivo...



Mi rabia se amortiguó un poco, con el repentino humor negro. Me imagino cómo



reaccionaría ella si yo la raptara. Por supuesto, siempre adivinaba erróneamente sus



reacciones---pero ¿qué otra reacción podría tener aparte de terror?



No estaba seguro de cómo manejar eso---raptarla. No podría soportar estar cerca de



ella por mucho tiempo. Quizá debería entregarla a su madre. Incluso éso estaba cargado de



peligro. Para ella.



Y también para mi, me di cuenta. Si la matara a causa de un accidente... no sabría



exactamente cuánto dolor me causaría este hecho, pero sabía que sería multifacético e



intenso.



El tiempo pasó muy rápido mientras reflexionaba sobre todas las complicaciones que se



me venían encima: la discusión esperándome en casa, el conflicto con mi familia, las distancias



en que podría verme obligado a recorrer después de...



Bueno, ya no me podía quejar que la vida fuera de esta escuela era monótona. La chica



había cambiado eso.



Emmett y yo caminamos silenciosamente al auto cuando sonó la campana. Él estaba



preocupado por mí, y preocupado por Rosalie. Él sabía de qué lado se pondría en caso de una



pelea, y eso lo molestaba.



Los demás nos esperaban en el auto, también silenciosos. Éramos un grupo muy



tranquilo. Sólo podía oír los disparos.



¡Idiota! ¡Lunático! ¡Imbécil! ¡Tarado! ¡Egoísta, irresponsable estúpido! Rosalie mantuvo



una constante orquesta de insultos al tope de sus pulmones mentales. Se hizo difícil escuchar



a los demás, pero la ignoré lo mejor que pude.



Emmett tenía razón sobre Jasper. Él estaba seguro de su decisión.



Alice estaba aproblemada, preocupándose por Jasper, hojeando a través de imágenes



del futuro. No importaba en qué dirección Jasper iría por la chica, Alice siempre me veía ahí,



bloqueándolo. Interesante...ni Rosalie ni Emmett estaban con él en estas visiones. Así que



Jasper planeaba atacar solo. Eso facilitaría las cosas.



Jasper era el mejor, ciertamente el más experimentado combatiente entre nosotros. Mi



única ventaja era que yo podía escuchar sus movimientos antes de que él los realizara.



Nunca había peleado más que en un juego con Emmett o Jasper---sólo corriendo de



aquí para allá. Me sentí enfermo al pensar realmente en herir a Jasper...



No, eso no. Sólo bloquearlo. Eso era todo.



Me concentré en Alice, memorizando las diferentes formas de ataque de Jasper.



Mientras hacía esto, sus visiones cambiaban, moviéndose más y más lejos de la casa de los



Swan. Lo estaba bloqueando antes de lo pensado...



¡Ya para, Edward! No puede suceder de esta forma. No lo permitiré.



No le respondí, sólo continué mirando.



Ella comenzó a buscar más lejos, en el neblinoso, inseguro reino de las distantes



posibilidades. Todo era sombrío y vago.



Durante todo el camino a casa, el cargado silencio no aflojó. Estacioné en el gran



garage de la casa; el Mercedes de Carlisle ya estaba en casa---este silencio terminaría



explosivamente, y quería que él estuviera allí cuando ocurriera.



Nos fuimos directo al comedor.



Obviamente, el lugar, nunca se ocupaba para su previsto propósito. Pero estaba



amoblado con una mesa larga, ovalada y de color caoba rodeada de sillas---éramos



escrupulosos sobre tener toda la utilería en su lugar. A Carlisle le gustaba ocupar el lugar como



una sala de conferencias. En un grupo con tal fuerza y dispares personalidades, a veces era



necesario discutir las cosas con calma, cada uno en su lugar.



Tenía el presentimiento de que el estar sentados no iba a ayudar mucho el día de hoy.



Carlisle estaba sentado en su puesto usual a la cabeza del lado este de la habitación.



Esme estaba a su lado---con sus manos tomadas por encima de la mesa.



Los profundos y dorados ojos de Esme estaban enfocados en mi, llenos de



preocupación.



Quédate. Fue su único pensamiento.



Deseaba poder sonreírle a la mujer que verdaderamente era una madre para mi, pero



no tenía consuelo para ella en estos momentos.



Me senté al otro lado de Carlisle. Esme se acercó para poner su mano libre sobre mi



hombro. Ella no tenía idea de lo que estaría por comenzar; sólo estaba preocupada por mi.



Carlisle tenía un mejor presentimiento de lo que iba a ocurrir. Sus labios estaban



presionados suavemente y su frente estaba arrugada. La expresión lo hacía ver viejo.



Cuando todos se sentaron, podía ver la líneas dibujadas.



Rosalie se sentó frente a Carlisle en el otro lado de la mesa. Me miró fijamente en todo



momento.



Emmett se sentó a su lado, con su rostro y sus pensamientos irónicos.



Jasper vaciló, y luego se fue a parar contra la pared detrás de Rosalie. Él estaba



decidido, sin importar el resultado de esta discusión. Mis dientes se cerraron.



Alice fue la última en entrar, y sus ojos estaban enfocados en algo lejano---el futuro,



aún muy imperceptible para que ella hiciera uso de él. Pareciendo que sin pensarlo siquiera, se



sentó al lado de Esme. Se frotó la frente como si tuviera jaqueca. Jasper se movió intranquilo



considerando acercarse y acompañar a Alice, pero se mantuvo en su lugar.



Respiré profundo. Yo había empezado esto---yo debía hablar primero.



- Lo siento.- Dije, mirando primero a Rose, después a Jasper y a Emmett. - No era mi



intención ponerlos en peligro. Fui desconsiderado, y asumiré toda la responsabilidad por mi



precipitado acto.-



Rosalie me miró ceñuda. - ¿A qué te refieres con, “asumiré toda la responsabilidad”?



¿Lo vas a arreglar todo? -



- No de la forma en que tu piensas.- dije, tratando de mantener mi voz tranquila.



- Estoy dispuesto a marcharme ahora, si eso arregla las cosas.- Si estoy seguro de que



la chica estará a salvo y que ninguno de ustedes la tocará, corregí en mi cabeza.



- No.- Esme murmuró. - No, Edward.-



Acaricié su mano. - Es sólo por unos años.-



- Bueno, Esme tiene razón.- dijo Emmett. - No puedes ir a ninguna parte justo ahora.



Eso sería lo opuesto a ayudar. Tenemos que saber lo que la gente está pensando, ahora más



que nunca.-



- Alice notará cualquier peligro.- Discrepé.



Carlisle movió su cabeza. - Creo que Emmett tiene razón, Edward. La chica estará más



dispuesta a hablar si tu desapareces. O nos vamos todos, o no se va nadie.-



- Ella no dirá nada. - insistí rápidamente. Rose estaba al borde de la explosión, y yo



pretendía explotar primero.



- Tu no sabes lo que piensa.- me recordó Carlisle.



- Estoy seguro. Alice, ayúdame un poco.-



Alice me miró cansinamente. - No puedo ver lo que ocurrirá si seguimos ignorando



esto.- Miró a Rose y a Jasper.



No, ella no podía ver ese futuro---no cuando Rosalie y Jasper estaban tan decididos a



ignorar el incidente.



La palma de Rosalie golpeó la mesa con una fuerte explosión. - No le podemos dar una



oportunidad a la humana a que diga algo. Carlisle, tu debes ver eso. Incluso si todos



desapareciéramos, es peligroso dejar historias detrás de nosotros. Vivimos muy diferente al



resto de nuestra clase---tu sabes que existen quienes amarán tener una excusa para



apuntarnos con el dedo. ¡Debemos ser más cuidadosos que cualquiera! -



- Ya hemos dejado rumores detrás de nosotros antes.- le recordé.



- Sólo rumores y sospechas, Edward. ¡No testigos y evidencias! -



- ¡Evidencias! - me burlé.



Pero Jasper negaba con la cabeza, con una mirada muy dura.



- Rose... - comenzó Carlisle.



- Déjame terminar, Carlisle. No tiene que ser una gran producción. La chica se golpeó la



cabeza. Puede que de pronto ese golpe resulte ser más serio de lo que aparenta.- Rosalie se



encogió. - Todos los mortales se van a dormir con la duda de no volver a despertar. Los demás



esperarán que seamos capaces de arreglar nuestros asuntos. Técnicamente, ese sería el



trabajo de Edward, pero esto obviamente lo supera. Tu sabes que yo me puedo controlar. No



dejaría ninguna evidencia.-



- Sí, Rosalie, todos sabemos qué competente asesina eres. - le gruñí.



Ella me gruñó de vuelta, furiosa.



- Edward, por favor.- dijo Carlisle. Luego se volvió hacia Rosalie. - Rosalie, actué de otra



forma en Rochester porque sentí que merecías justicia. El hombre que asesinaste se equivocó



monstruosamente contigo. Esta no es la misma situación. La chica Swan es inocente.-



- No es algo personal, Carlisle.- Rosalie dijo entre dientes. - Es para protegernos a



todos.-



Hubo un breve momento de silencio mientras Carlisle pensaba su respuesta. Cuando



negó, Rosalie puso los ojos en blanco. Ella debió haberlo sabido. Incluso si yo no fuera capaz



de leer sus pensamientos, hubiera podido anticipar sus próximas palabras. Carlisle nunca iba a



comprometer la seguridad de alguien.



- Sé que tus intenciones son buenas, Rosalie, pero...me gustaría mucho que realmente



fuéramos algo que valiera la pena proteger. El ocasional...accidente o lapso en rigor es una



parte deplorable de quiénes somos.- Era muy común en él incluirse en el plural, aunque él



nunca había sufrido un lapso. - El asesinar a una inocente niña a sangre fría es algo muy



diferente. Creo que el riesgo que ella presenta, aunque diga sus sospechas o no, no es nada



comparado con el riesgo mayor. Si hacemos excepciones para protegernos, nos arriesgamos a



algo mucho más importante. Nos arriesgamos a perder la esencia de quiénes somos.-



Controlé mi expresión muy cuidadosamente. No ayudaría para nada hacer una mueca.



O aplaudir, que es lo que quería hacer ahora.



Rosalie frunció el ceño. - Sólo se trata de ser responsable.-



- Es ser insensible.- corrigió Carlisle gentilmente. - Toda vida es valiosa.-



Rosalie suspiró muy fuerte y su labio inferior sobresalió. Emmett acarició su hombro.



- Todo estará bien, Rose. - la animó en una baja voz.



- La pregunta, - continuó Carlisle, - si nos tenemos que marchar, o no.-



- No.- gimió Rosalie. - Acabamos de acomodarnos. ¡No quiero empezar a ser estudiante



de segundo año en el instituto de nuevo!.-



- Podrías mantener tu actual edad, por supuesto.- dijo Carlisle.



- ¿Y tener que mudarnos de nuevo tan pronto?- ella discrepó.



Carlisle se encogió.



- ¡Me gusta aquí! ¡Hay tan poco sol, que casi podemos tener una vida normal!.-



- Bueno, ciertamente no tenemos que decidirlo ahora. Podemos esperar y ver si es



realmente necesario. Edward parece muy seguro del silencio de la chica Swan.-



Rosalie resopló.



Pero ya no estaba preocupado por Rose. Podía ver que ella acataría la decisón de



Carlisle, sin importar cuán enfurecida estaba conmigo. Su conversación se había movido a



detalles menos importantes.



Jasper permaneció inmóvil.



Entendía por qué. Antes de que él y Alice se conocieran, él vivió en una zona de



combate, un implacable teatro de guerra. Él sabía las consecuencias sobre burlar las reglas---



él había visto las espantosas secuelas con sus propios ojos.



Decía mucho el que Jasper no hubiera tratado de calmar a Rosalie con sus facultades



extras, ni que tratara de alentarla. Él se mantenía alejado de esta discusión---sobre ella.



- Jasper. - dije.



Él me miró sin ninguna expresión en su rostro.



- Ella no pagará por mi error. No lo voy a permitir. -



- Entonces, ¿ella se beneficiará de el? Ella debió morir hoy, Edward. Yo sólo voy a



terminar lo que empezó.-



Repetí, enfatizando cada palabra. - No lo permitiré.-



Levantó las cejas. Él no estaba esperando esto---él no había imaginado que yo actuaría



para defenderla.



Movió su cabeza una vez. - No permitiré que Alice viva en el peligro, incluso uno



pequeño. Tu no sientes por nadie lo que yo siento por ella, Edward. Y no has pasado por lo que



yo he pasado, aunque hayas visto mis recuerdos o no. Tú no lo entiendes.-



- No estoy negando eso, Jasper. Pero te lo digo ahora, no te voy a permitir que hieras a



Isabella Swan.-



Nos miramos mutuamente---sin pestañear, midiendo la oposición. Sentí cómo cateaba



el humor a mi alrededor, probando mi determinación.



- Jazz, - dijo Alice, interrumpiéndonos.



Él me sostuvo la mirada por un momento más, y entonces la miró a ella. - No te



molestes en decirme que te puedes cuidar sola, Alice. Yo ya sé eso. Aún así tengo... -



- Eso no es lo que voy a decir. - interrumpió Alice. - Te iba a pedir un favor.-



Ví qué se proponía en su mente, y mi boca se abrió con un audible jadeo. La miré, en



estado de shock, notando solo vagamente que todos, aparte de Alice y Jasper, estaban



mirándome fijamente.



- Sé que me amas. Gracias. Pero realmente apreciaría que no trataras de matar a Bella.



Primero que todo, Edward habla en serio, yo no quiero verlos pelear. Segundo, ella es mi



amiga. Mejor dicho, será mi amiga.-



Todo era tan claro como un vidrio en su cabeza: Alice, sonriendo, con su frío y pálido



brazo alrededor de la cálida chica, en sus frágiles hombros. Y Bella sonriendo también, con su



brazo alrededor de la cintura de Alice.



La visión era tan sólida como una roca; lo único incierto era el tiempo.



- Pero...Alice... - Jasper jadeó. No pude lograr voltear mi cabeza y mirar su expresión.



No me podía alejar de la imagen en la cabeza de Alice.



- Algún día la voy a querer, Jazz. Me voy a enojar mucho contigo si no la dejas ser.-



Aún estaba bloqueado inmerso dentro de los pensamientos de Alice. Ví cambiar el



futuro mientras Jasper aceptaba la inesperada petición de Alice.



- Ah. - Alice suspiró---su indecisión se había aclarado en un nuevo futuro. - ¿Ves? Bella



no dirá nada. No hay nada de qué preocuparse.-



El modo en que decía el nombre de la chica...como si ya fueran amigas muy cercanas...



- Alice – dije. - ¿Qué significa...? -



- Te dije que un cambio se aproximaba. No lo sé, Edward.- Pero apretó su mandíbula y



pude ver que había más. Ella estaba tratando de no pensar en ello; repentinamente se enfocó



en Jasper, él estaba demasiado impactado por el progreso de su propia decisión.



Ella hacía esto a veces, cuando trataba de esconderme algo.



- ¿Qué, Alice? ¿Qué estás escondiendo? -



Escuché la queja de Emmett. Él siempre se frustraba cuando Alice y yo teníamos este



tipo de conversaciones.



Movió su cabeza, tratando de mantenerme fuera de ella.



- ¿Es sobre la chica? - exigí saber. - ¿Es sobre Bella? -



Ella tenía sus dientes apretados con la concentración, pero cuando dije el nombre de



Bella, aflojó. Su afloje duró sólo una pequeña porción de un segundo, pero fue suficiente.



- ¡NO! - jadeé. Escuché mi silla golpear el suelo, y sólo entonces noté que estaba de



pie.



- ¡Edward! - Carlisle se había puesto de pie también, su mano estaba en mi hombro.



Apenas notaba su presencia.



- Se está solidificando. - susurró Alice. - Cada minuto estás más decidido. Existen sólo



dos caminos para ella. Es lo uno o lo otro Edward. -



Podía ver lo que ella veía...pero no lo podía aceptar.



- No, - dije de nuevo; mi negación no tenía volumen. Mis piernas se sintieron flácidas y



tuve que agarrarme a la mesa.



- ¿Podría alguien por favor explicarnos al resto qué diablos está pasando? - se quejó



Emmett.



- Debo irme. - le susurré a Alice, ignorando a Emmett.



- Edward, ya hemos intentado eso. - dijo Emmett muy despacio. - Esa es la mejor



manera de alentar a la chica a que diga algo. Además, si te vas, no sabríamos si ella ha



hablado o no. Tienes que quedarte y afrontar esto. -



- No veo que vayas a ninguna parte, Edward. - me dijo Alice. - Creo que ya no



puedes irte. - Piensa en eso, agregó silenciosamente. Piensa en irte.



Ví a lo que se refería. Sí, la idea de no verla más era...dolorosa. Pero era también



necesario. No podía sancionar ningún futuro del que aparentemente yo iba a condenarla.



No estoy totalmente segura de Jasper, Edward, Alice continuó. Si tu te vas, si él piensa



que ella es un peligro para nosotros...



- No escucho eso. - La contradije, todavía medio inconsciente de nuestra audiencia.



Jasper estaba dudoso. Él nunca haría algo que hiriera a Alice.



No es el momento oportuno. ¿Arriesgarás su vida, dejándola indefensa?



- ¿Por qué me estás haciendo esto? - gruñí. Mi cabeza se cayó entre mis manos.



Yo no era el protector de Bella. No podía serlo. ¿Acaso el futuro dividido de Alice no era



suficiente prueba de eso?



Yo también la amo. O lo haré. No en la misma forma, pero la quiero alrededor para



cuando eso ocurra.



- Amarla...¿también? - susurré, incrédulo.



Ella suspiró. Estás tan ciego, Edward. ¿Acaso no ves a dónde te lleva todo esto? ¿No



puedes ver dónde estás? Es mucho más inevitable que el sol salga por el este. Vé lo que yo



veo...



Agité mi cabeza, horrorizado. - No.- traté de apagar las visiones que ella me revelaba.



- No tengo que seguir ese camino. Me iré. Cambiaré el futuro. -



- Puedes intentarlo. - me dijo, con su voz escéptica.



- Oh, ¡Vamos! - gritó Emmett.



- Pon atención. - Le dijo Rose a Emmett. - ¡Alice ve a Edward enamorándose de una



humana! ¡Qué clásico Edward! - Ella hizo un sonido de asco.



A duras penas la oí.



- ¿Qué? - dijo Emmett, sorprendido. Luego su atronante risa hizo eco en la habitación.



- ¿Eso es lo que está sucediendo? - se rió de nuevo. - Golpe duro, Edward. -



Sentí su mano en mi hombro y la sacudí automáticamente. No le podía poner atención.



- ¿Enamorado de una humana?. - Repitó Esme en su aturdida voz. - ¿De la chica que



salvó hoy? ¿Enamorado de ella?.-



- ¿Qué es lo que ves, Alice? Exactamente.- preguntó Jasper.



Ella se volteó hacia él; yo continué mirando aturdido al perfil de su rostro.



- Todo depende si él es lo suficientemente fuerte o no. O la mata él mismo---se volteó



para encontrarse con mi mirada de nuevo, deslumbrada---lo cual, realmente, me irritaría



mucho, Edward, sin mencionar lo que te causaría a tí... - Miró a Jasper de nuevo, - o ella será



una de nosotros algún día.-



Alguien jadeó; no miré para ver quién.



- ¡Eso no va a ocurrir!- Estaba gritando de nuevo. - ¡Ninguna de las dos opciones! -



Alice no pareció oírme. - Depende. - repitió. - Puede que él sea muy fuerte para no



matarla---pero estará muy cerca. Le tomará una impresionante fuerza de autocontrol.- dijo



reflexivamente. - Incluso, más del que ha tenido Carlisle. Puede que sea lo suficientemente



fuerte... De lo único que no es lo suficientemente fuerte es de estar lejos de ella. Eso es una



causa perdida.-



No podía encontrar mi voz. Nadie parecía poder hacerlo tampoco. La habitación estaba



en absoluta quietud.



Yo miraba a Alice, y todos me miraban a mí. Podía ver mi propia expresión horrorizada



desde diferentes puntos de vista.



Después de un largo momento, Carlisle suspiró.



- Bueno, esto...complica las cosas.-



- Duh.- Asintió Emmett. Su voz aún estaba cercana a la risa. Confiaba en que Emmett



encontraría una broma en la destrucción de mi vida.



- Supongo que los planes son los mismos. - dijo Carlisle pensativamente. - Nos



quedaremos y observaremos. Obviamente, nadie...herirá a la chica.-



Me endurecí.



- No, - dijo Jasper tranquilamente. - Puedo acceder a eso. Si Alice ve sólo dos



caminos... -



- ¡No! - Mi voz no era un grito o un gruñido o un llanto de desesperación, pero alguna



combinación de los tres. - ¡No!.-



Tenía que irme, para alejarme del ruido de sus pensamientos---el egoísmo de Rosalie,



el humor de Emmett, la paciencia infinita de Carlisle...



Peor: la confianza de Alice. La confianza de Jasper en la confianza de Alice.



Y lo peor de todo: La...alegría de Esme.



Salí de la habitación. Esme me tomó el brazo pero yo seguí de largo, no reconocí el



gesto.



Estaba corriendo antes de que estuviera fuera de la casa. Traspasé el río de un salto, y



corrí por el bosque. La lluvia volvió, cayendo tan fuerte que ya estaba mojado en un par de



minutos. Me gustaba la delgada capa de agua---creaba una pared entre yo y el resto del



mundo. Me encerraba, me dejaba estar solo.



Corrí hacia el este, por y entre las montañas sin detenerme, hasta que pude ver las



luces de Seattle en el otro lado del sonido. Me detuve antes de tocar los bordes de la



civilización humana.



Encerrado por la lluvia, solo, finalmente pude mirar lo que había hecho---a la forma en



que había mutilado el futuro.



Primero, la visión de Alice y la chica con sus brazos alrededor de cada una---la



confianza y la amistad era tan obvia que gritaba fuera de las imágenes. Los ojos achocolatados



de Bella no estaban desconcertados en esta visión, pero aún lleno de secretos---en este



momento, parecían ser secretos felices. Ella no se alejó del frío abrazo de Alice.



¿Qué significaba? ¿Cuánto sabía ella? En ese momento (aún de mortalidad) del futuro,



¿qué pensaba ella de mí?



Y, la otra imagen, casi igual pero llena de horror. Alice y Bella, aún abrazadas



mutuamente con signo de confianza y amistad. Pero ahora no había ninguna diferencia entre



esos brazos---ambos eran pálidos, suaves y duros como el mármol, como acero. Los ojos de



Bella ya no eran de color chocolate. Estas iris eran de un chocante, vívido color carmesí. Los



secretos en ellos eran insondables---¿aceptación o desolación? Era imposible decirlo. Su rostro



era frío e inmortal.



Me estremecí. No podía suprimir las preguntas, similares, pero diferentes: ¿Qué



significaba---cómo había sucedido esto? ¿Y qué pensaba ella de mí ahora?



Podía responder la última. Si la fuerzo a pertenecer a esta media-vida por mi debilidad



y mi egoísmo, seguramente me va a odiar.



Pero había otra horrorosa imagen más---peor que cualquier imagen que haya visto en



mi cabeza.



Mis propios ojos, de un profundo color carmesí por la sangre humana, inmortal, los ojos



de un monstruo. El cuerpo irrompible de Bella en mis brazos, de un blanco ceniza, vacío y sin



vida. Era tan concreto, tan claro.



No podría soportar ver eso. No podría soportarlo. Traté de desterrar la imagen de mi



mente, traté de ver algo más, cualquier cosa. Traté de ver de nuevo la expresión en su vivo



rostro que me había estado obstruyendo la vista por el último capítulo de mi existencia. No



sirvió de nada.



La cruda visión de Alice llenó mi cabeza, y me retorcí en mi interior con la agonía que



causaba. Mientras tanto, el monstruo en mí se desbordaba en regocijo, jubilante con su éxito.



Me asqueó.



Esto no podía suceder. Tenía que haber alguna forma de evitar el futuro. No dejaría que



la visión de Alice me dirigiera. Podía elegir un camino diferente. Siempre había una opción.



Tiene que haberla.



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